El fin de semana pasado marcamos un hito agridulce, ya que celebramos la ceremonia de graduación de nuestros estudiantes de inglés en Honduras. Estos jóvenes extraordinarios completaron el noveno grado, el grado más alto que se ofrece en la escuela del pueblo. ¡Y estamos muy orgullosos de su logro!
Lo que hace que este triunfo sea aún más especial es que estos estudiantes han superado obstáculos importantes para llegar a este punto. En nuestra comunidad, muchos niños no asisten a la escuela después del sexto grado, lo que hace que esta graduación sea una victoria para celebrar. Algunos de nuestros graduados incluso planean continuar su educación viajando a la ciudad para completar la escuela secundaria, lo que demuestra su determinación de perseguir sus sueños.
Mientras nos sentábamos en la mesa principal, honrados como patrocinadores de la clase, reflexionamos sobre el viaje que han realizado estos estudiantes. Ser parte de sus vidas ha sido una experiencia gratificante. Verlos crecer, tanto académica como personalmente, ha llenado nuestros corazones de alegría. La entrega de diplomas a nuestros estudiantes fue un momento que atesoraremos por siempre. Cada diploma representó el trabajo duro, la perseverancia y el futuro brillante que les espera a estos graduados.
Si bien estamos entusiasmados por lo que les espera en el futuro, es difícil no sentir una sensación de pérdida. Al mirar atrás a estos últimos años, estamos agradecidos por la oportunidad de ser parte de una clase tan increíble.
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